Se trata del complemento ideal para el servicio de atención ciudadana que permite, por un lado, homogeneizar la forma de atender al público y tener la respuesta a las dudas de los empleados en el ejercicio de sus funciones y, por otro lado, dar solución a problemas y conflictos que puedan surgir.
El protocolo se adecúa a las necesidades y particularidades de cada instalación.